El chivo expiatorio.
Conversación.
Entorno.
Acciones.
Narración.
Un 21 de agosto a las 17:34 P.M Skinner no esperaba que un llamado por radio, que principalmente se habían limitado a tratar sobre el comercio de la organización, condicionaría su día de tal manera que dicha fecha quedaría grabada en su memoria hasta su última respiración. Sin embargo, él mismo se condenó con su carta de presentación en la que resaltaba su control psicológico sobre otros. ¿Haber rechazado la órden sería una opción? Por supuesto que no, bien arraigados tenía sus principios existencialistas sobre hacerse responsable de sus actos.
Una oficina de extensa amplitud, adornada con cuadros y discos de vinilo, suelo alfombrado y algunas bibliotecas con numerosos libros, es el lugar de encuentro de Zack Hemzey, líder de la organización, y Santi Skinner, un miembro común. Mientras que Hemzey permanece sentado en una silla detrás del escritorio, Skinner reposa de pie frente al mismo.
Zack Hemzey: Bien Skinner, se preguntará la razón por la cuál le he citado en este lugar. -Cambia de posición en la silla encorvando su espalda hacia adelante, fijando su mirada seriamente en Skinner y entrelazando sus dedos reposando sus muñecas en el escritorio.-
He revisado nuevamente las cartas de quienes ingresaron aproximadamente hace un mes a Russel Goons, y al toparme con la suya, mis ideas tomaron forma, usted es el indicado para el trabajo que le encomendaré.
Santi Skinner: Primero, gracias por sus palabras Don, las recompensas de reconocimiento hacen que mi persona haga las cosas con mayor entusiasmo. Y segundo, le escucho, ¿Cuál es el mencionado trabajo? -Dice mientras las comisuras de sus labios se elevan y aparecen arrugas alrededor de sus ojos, denotando una alegría sincera, a la vez que estira sus brazos y reposa las palmas de sus manos en el borde del escritorio.-
Zack Hemzey: El comercio ha estado muy activo esta última semana, López me puso al tanto de todo, sin embargo, algunas fuentes afirman que ciertos clientes andan de incautos cargando grandes cantidades de coca a diestra y siniestra. Las usan en las fiestas, las presumen con sus invitados, pero si a SAPD se le ocurre hacer una revisión en dichos lugares se darán cuenta del montón de polvo blanco que consumen los riquillos.
Santi Skinner: Si...entiendo eso. ¿Pero no será problema de aquellos extrovertidos? Al fin y al cabo, a ellos los arrestarán, nada tiene que ver con nosotros ya.
Zack Hemzey: Me sorprende su precario nivel de deducción Skinner, si SAPD los encuentra con eso, ¿Cuánto cree que tardarán en cantar sobre cómo lo consiguieron? Necesitamos una fachada, alguien que sea el objetivo de la policía al menos por un tiempo, en otras palabras...un chivo expiatorio.
Santi Skinner: Tiene razón Don, disculpe mi torpeza, supongo que soy el encargado de conseguirlo.
Skinner vuelve a erguir su cuerpo, levanta sus manos del escritorio y retrae sus brazos cruzándolos entre si, un fruncimiento de ceño se dibuja en su rostro denotando preocupación, su mirada siempre fija en la figura del don.
Zack Hemzey: Está en lo correcto Skinner, tiene 24 horas, utilice todo su ingenio, no podemos permitir que SAPD empiece a husmear por estos lares.
Santi Skinner: Bien, permiso.
Skinner relaja sus brazos nuevamente, gira su cuerpo 180 grados y emprende camino hacia el exterior de la mansión, ya afuera ingresa su mano derecha al bolsillo derecho de su pantalón y toma con sus dedos unas llaves.
Frente a él yace estacionada una furgoneta modelo "Burrito", dicha es de color rojo; sostiene dos neones en su techo, uno azul y otro rojo que a su vez iluminan con sus tonalidades el suelo del lugar; y un par de cuernos se asoman por el capó.
Santi Skinner: Odio tener que hacer esto, pero el tiempo apremia y no me da lugar a conocer a una persona nueva... -Murmura para si mismo.-
Rápidamente ingresa una de las llaves en la cerradura de la puerta izquierda de la furgoneta logrando abrirla, con su zurda hala la manija y de un salto sube al asiento, cierra la puerta con su mano no dominante mientras que con la derecha ingresa las llaves en el sistema de arranque encendiendo de inmediato el auto. Toma el cinturón de la parte baja del asiento con ambas manos y lo abrocha alrededor del si. Con los pies en los pedales empuja a fondo el acelerador y se emprende en dirección a las fábricas de Fallen Tree.
Fallen Tree, 18:27 de la tarde.
Skinner había conocido verdaderos amigos alejados del mundillo de la mafia, gente con la que podía pasar los ratos en bares o disfrutando de una comida en un restaurante. Dichas personas son: Alberto, un hombre que llegó a la ciudad junto con su hijo Juanes, también amigo de Skinner, y Bianca una mujer que fue amiga de los tres, siendo quien conectara en una fiesta a las 4 almas, incluida la suya.
Skinner estaría apoyado con su pierna izquierda contra una pared, mientras que los humeantes vapores de un cigarrillo salían de su boca.
Santi Skinner: Bien, es hora. -dice a la vez que tira la colilla del cigarrillo a un costado y estira nuevamente su pierna dejándola paralelamente con la otra.-
Santi Skinner: A ver...¿Cuál era el número?
Skinner aproxima su extremidad superior derecha al bolsillo que sobresalía de la parte del pecho de su suéter, ingresa su mano en el mismo y de este extrae un teléfono celular.
El teléfono sería un motorola, modelo "Moto e40", con estructura de color negro, pero cubierto con una funda blanca.
Skinner toma con ambas manos el teléfono y con sus pulgares ingresa al apartado "Contactos" en el mismo desliza hacia abajo, presiona el nombre "Alberto Olives" y pulsa en "Llamar".
El tono de llamada, como una bocina, sonaría una y otra vez por algunos segundos, hasta que del teléfono se oye una voz.
Alberto Olives [Teléfono celular]: Santi, hermano, dime que se te ofrece.
Santi Skinner [Teléfono celular]: Alberto, que alegría oírte, era para comentarte que ayer adquirí un negocio, específicamente una hamburguesería.
Alberto Olives [Teléfono celular]: ¡Uy!, y no invita.
Santi Skinner [Teléfono celular]: Por eso mismo te llamo, se ubica en el pueblo Montgomery, me gustaría que nos reuniéramos allá, ve con tu hijo e invita a Bianca.
Alberto Olives [Teléfono celular]: De una pa, nos vemos allá todos.
Skinner cuelga la llamada con su pulgar y guarda su celular al dejarlo caer y deslizarlo en el mismo bolsillo del que lo sacó; a continuación toma con su zurda un radio comunicador que tendría enganchado en la parte trasera de su cinturón y ayudándose con sus manos pulsa con sus índices unos botones logrando ingresar a frecuencia.
En la pantalla del Radio se visualiza el siguiente texto: [Radio comunicador] RG-15 ingresó a la frecuencia.
Santi Skinner [Radio comunicador]: Buenos días caballeros, R02 para un trabajito especial. -Dice con un tono contundente al acercar el radio comunicador a su boca.-
Starlyn López [Radio comunicador]: Aquí López, estoy disponible.
Victor Sully [Radio comunicador]: Sully de igual manera.
Santi Skinner [Radio comunicador]: Vale señores, mi R-15 es Fallen Tree nos vemos aquí, traiga cada uno un automóvil discreto.
Fallen Tree, 19:02 de la noche.
Si el lector ha experimentado alguna vez en su vida esa sensación de vacío estomacal, temblor involuntario en sus extremidades, sudor frio en su espalda o síntomas parecidos, entenderá que para Skinner sentirse así era de lo más aversivo. ¿Había mentido en su carta de presentación? En realidad no, el tema de secuestros era algo que controlaba hace años, ¿Pero a un amigo? No sé si eso es algo a lo que se puede acostumbrar una persona.
Junto a Skinner se encuentran dos autos estacionados, ambos con sus conductores aún en los asientos, López es el propietario de una camioneta 4x4 modelo "Huntley" pintada de negro; por su parte, Sully conduce un sedán de 4 puertas modelo "Tahoma", el latón del mismo recubierto por una pintura negra.
Skinner camina en dirección a la camioneta Huntley, estira su diestra para abrir la puerta derecha y halándola con sus dedos lo logra, gira 90 grados su cuerpo y sube una pierna a la vez iniciando por la izquierda. Ya acomodado en el auto, lleva sus extremidades superiores a la parte baja del asiento y toma un cinturón, rápidamente lo abrocha alrededor de si, finalmente cierra la puerta.
[Santi Skinner [Radio comunicador]: Señores, vamos hacia Montgomery.
Victor Sully [Radio comunicador]: R-19, R-22 hacia el lugar.
Starlyn López: Nos vamos Skinner. -Pisa con su pie derecho a fondo el acelerador dirigiendo el automóvil a Montgomery.-
En el lugar, Montgomery se presenta como un pueblo pequeño, bastantes comercios se ubican en el mismo, ambos vehículos se encontrarían detenidos frente a la fachada de una hamburguesería. Un letrero en la puerta de la misma dice "Hamburguesas gato negro".
Santi Skinner: Espérenme aquí, les avisaré cuando deban entrar.
De un empujón abre la puerta de la huntley y se deja caer del asiento poniendo sus pies en el suelo, inmediatamente se dirige caminando a la puerta de la hamburguesería, estira su diestra y con las falanges de sus dedos retrae la manija de la puerta consiguiendo abrirla, seguidamente entra al local y suelta la manija.
El interior del lugar tiene un suelo embaldosado de color blanco, numerosas mesas y sillas estarían a disposición de los clientes, la zona de "Caja" vacía, sentados uno al lado del otro están Bianca, Alberto y Juanes; Skinner recién ingresado posa frente a ellos.
Bianca, Alberto y Juanes al unísono: ¡Santi!
Santi Skinner: Buenas noches mis amigos, lamento la espera, ¿Qué tal el lugar?
Juanes: Está genial.
Bianca: Muy lindo, aunque han quedadas tiradas varias cajas por ahí.
Santi Skinner: Gracias, y si es cierto, falta personal de limpieza.
Alberto: Personal de todo diría yo, entramos como si nada y no había nadie.
Santi Skinner: En realidad trabajan dos personas aquí, pero les he pedido que terminen sus labores más temprano para que podamos estar a gusto los 4 nada más.
Alberto: Entiendo. -Se levanta de su asiento y gira su cuerpo en dirección a Skinner, luego estira su brazo derecho ofreciéndoselo para un saludo.-
Skinner estira su diestra en dirección a Alberto y juntando su palma con la del mismo estrecha fuertemente su mano; luego de unos segundos, la expresión en el rostro de Skinner cambia radicalmente a una de seriedad, inesperadamente mete su mano derecha al bolsillo interior de su camisa y de este saca un arma que empuña con una mano y apunta hacia la cabeza de Alberto.
Dicha arma es una pistola modelo "Desert-eagle" camuflada negro, con 10 balas en el cargador y el seguro previamente retirado dejándola a disposición para ser usada.
Juanes: ¡¿Santi, hermano, que haces?!
Bianca: ¡¿Qué te sucede...?!
Alberto: Calma Santi, tú no eres así.
Santi Skinner [Radio comunicador]: Pueden entrar.
-Dice al sostener el radio comunicador con su siniestra que previamente había extraído de su cinturón.-
En escena aparecen dentro de la hamburguesería los dos camaradas de Skinner, mientras que López sostiene una pala entre sus manos, Sully hace lo propio con una bate.
Skinner grita: ¡Los quiero con las manos arriba, ni se les ocurra hacer algo tonto!
Juanes: Ya ya, no le hagas algo a mi papá. -Eleve sus manos apresuradamente-
Alberto: Silencio hijo... -Sube sus brazos por encima de su cabeza-
Bianca: H-he... -Permanece inmóvil en la silla debido a un ataque de pánico-
Skinner rodea a Alberto poniéndose en el lugar del mismo, a continuación estira su mentón señalando la puerta.
Santi Skinner: Vamos afuera. -Sigue a Alberto apuntándole con un arma y lo lleva hasta la camioneta Huntley-
López sigue a ambos, llega a la camioneta y abre una de las puertas traseras con su diestra, con algo de brusquedad mete a Alberto dentro de un empujón, realiza la apertura de uno de los bolsillos de su chaleco y de este saca una cuerda, seguidamente rodea las manos de Alberto con la misma logrando inmovilizarlas, finalmente cierra la puerta.
Santi Skinner: Bien López, lléveselo al lugar acordado.
López se sienta de conductor, pone sus manos en el volante, pisa el acelerador y se dirige a El Corona en Los Santos.
[...]
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