Acciones - Entorno
Ada se encuentra en lo alto de un edificio alto y moderno, con el sol brillando en el cielo despejado. Desde su posición elevada, puede ver la vasta extensión de la ciudad de Los Santos extendiéndose a su alrededor. Los rascacielos se alzan imponentes, intercalados con edificios más bajos y áreas urbanas. El bullicio de la ciudad se escucha a lo lejos, con el tráfico de vehículos y las voces de la gente que se mezclan en una sinfonía urbana.
El aire cálido y el viento suave acarician su rostro mientras mira hacia abajo desde la azotea. A lo lejos, puede ver el horizonte de la ciudad, con sus luces brillantes y sus icónicos edificios destacando contra el cielo. El paisaje urbano se extiende hasta donde alcanza la vista, ofreciendo un panorama impresionante de la metrópolis.
El edificio en el que se encuentra Ada tiene una arquitectura moderna, con líneas limpias y cristaleras que reflejan la luz del sol. La azotea está despejada, con solo algunas antenas y equipos de ventilación dispersos por el lugar. Una brisa ligera agita suavemente su cabello mientras observa el paisaje urbano ante ella.
Ada camina con paso firme hacia una esquina del edificio, al borde de la corniza. Contempla la inmensidad de la ciudad frente a ella desde la altura. El viento juega con su cabello mientras busca movimiento o actividad en el horizonte. Experimenta una sensación de libertad y poder mientras se encuentra en esa posición elevada.
Ada camina con paso firme hacia una esquina del edificio, al borde de la corniza. Lleva su mano hacia su bolsillo sacando un atado de cigarrillos. Extrae uno y lo enciende, dejando que el humo se disipe en el aire mientras demuestra destellos de tristeza. Contempla la inmensidad de la ciudad frente a ella desde la altura, mientras el viento juega con su cabello y busca movimiento o actividad en el horizonte. Experimenta una sensación de libertad y poder mientras se encuentra en esa posición elevada, pero también siente una ligera punzada de melancolía ante la grandiosidad de la ciudad. Decide aprovechar el momento y disfrutar de la vista y la sensación de libertad.
Mientras Ada enciende su cigarrillo, una pequeña llama baila en la punta del mechero, iluminando brevemente su rostro. El humo del cigarrillo se eleva en espirales delicadas, disipándose en el aire pesado. A su alrededor, el aire está impregnado con el distintivo aroma del tabaco, mezclado con el ligero olor a concreto y metal de la ciudad.
El cigarrillo se consume lentamente entre los dedos de Ada, mientras ella se sumerge en sus pensamientos. Una sensación de resignación y determinación se apodera de ella, y en un momento de silenciosa despedida, exhala el último soplo de humo y deja caer el cigarrillo al vacío.
Con un último vistazo al paisaje urbano que se extiende ante ella, Ada se despide en silencio de la ciudad que ha sido testigo de sus alegrías y penas. Sin vacilar, da un paso hacia adelante y se deja caer al vacío, dejando atrás todas sus preocupaciones y dolores.
El viento silba en sus oídos mientras desciende por el abismo, pero en ese momento, Ada siente una extraña sensación de paz. Por un instante, el mundo se detiene a su alrededor, y todo lo que queda es el vacío infinito que la rodea.
Y entonces, el impacto llega, brusco y contundente. El cuerpo de Ada choca contra el suelo con un estruendo sordo, y un dolor punzante la atraviesa de arriba abajo. Por un momento, todo se vuelve negro, el mundo se desvanece a su alrededor. Pero incluso en la oscuridad, Ada encuentra una última chispa de consuelo, sabiendo que, al fin y al cabo, ha encontrado la paz que tanto anhelaba.
Y así, en un último acto de libertad y valentía, Ada se despide de este mundo, dejando atrás un legado de pasión, dolor y, sobre todo, una profunda sensación de soledad.