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6 de Junio de 2021
Roca Escalante, Las venturas
En el pequeño cuarto dónde los uniformados solían colocarse sus uniformes que estaban colocados perfectamente en los casilleros de un color verde oscuro y de metal estaba vacío, solamente se encontraba ella. La puerta se abrió con un sonido proveniente de una pequeña caja que se encontraba en la pared junto a la misma, así mismo unos "Clack clack" provenientes de unos zapatos hicieron un pequeño sonido a la vez que éstos tocaban el suelo mientras avanzaban hacia el interior del lugar. La puerta se cerró nuevamente con el mismo sonido.
Haruki: Es hora de limpiar las calles.
Haruki elevó su mano derecha hacia la puerta de uno de los casilleros frente a ella y con una leve fuerza tiró de la misma hasta abrirla por completo. Luego con su izquierda tomó la tela de su uniforme que yacía en el interior de éste y lo sostuvo a la altura de su pecho, a su vez que cerraba nuevamente la puerta con cuidado. Se colocó rápidamente el uniforme y se giró sobre sus pies, para acercarse a la mesa que tenía cerca para tomar su respectivo armamento.
Su uniforme estaba compuesto de una tela de color negro, en la parte de la cintura se encontraba un cinturón táctico en el que se colocaban varios objetos, como el taser, la porra y los guantes con el logo del departamento en caso de tener que revisar a algún sospechoso que pudiera estar armado. Sobre la parte superior izquierda una placa en dorado brillaba, ésta llevaba el nombre de la policía y el rango de cada uniformado según su posición.
Haruki comenzó a tomar todo su equipo correspondiente de la mesa a la hora de patrullar y asegurando las mismas siempre, colocándose las armas pesadas en la espalda y lo demás en su cinturón. Verificó que todo estaba en su lugar, tanteando su cuerpo y al ver que ya todo estaba en su lugar procedió a salir del cuarto y de la central.
Haruki por radio: Kingston en servicio, buenas noches a todos. -dijo al estar una vez en el exterior y tomar su radio para llevarla hacia sus labios.
-¿Alguien disponible para 10.05? Mi 10.19 es en la 10.20 de Las Venturas.
Haruki al no escuchar una respuesta bajó su radio y lo enganchó en su cinturón.
Haruki: Bueno... Tendré que ir sola a combatir el crimen esta vez.
Haruki rodeó el edificio caminando hacia el estacionamiento, específicamente para acercarse a una de las tantas patrullas y comenzar su rutina diaria, pero antes se detuvo justo frente al Guardia de turno.
Haruki: Buenas noches, señor. Veo que empezó antes esta noche.
Guardia: Buenas noches señorita Kingston. Así es, hoy el guardia de la tarde tuvo un inconveniente y me pidió si podía reemplazarlo por hoy así que aquí estoy.
Haruki: Pues espero que tenga una buena noche y que no haya tantos intrusos queriendose pasar de listo esta vez.
Guardia: Muchas gracias señorita, espero que tenga un buen patrullaje.
Haruki sonrió levemente y se adentró al parking cuando la barrera se levantó. Subió a una de las unidades que se encontraba más cerca de la entrada y encendió el motor y las luces para dar rumbo al inicio de su patrullaje nocturno.
A pesar de ser casi medianoche la central no parecía dar indicios de notificar algún disturbio o robo, ya que esa era la hora en la que los delincuentes solían hacer las suyas y casi todas las noches la central solía reportar varios robos seguidos. Pero todo parecía estar tranquilo, ya casi los coches no circulaban debido a que la mayoría de los ciudadanos trabajaban al día siguiente, solamente se podía ver alguna que otra pareja o un grupo de amigos caminar por la vereda hablando y riendo.
Luego de estar rondando la ciudad durante unas dos horas e interrogando y procesando a uno que otro ciudadano que se encontraba consumiendo sustancias ilegales, la radio emitió un sonido y luego una voz comenzó a notificar algo.
Central por radio: Notifican disturbios en el recinto de Camioneros, algún Oficial en servicio que vaya a revisar el lugar inmediatamente.
Haruki: Bueno, la paz duró mucho esta vez... -Haruki tomó su radio y lo elevó para hablar por él. -10.04, iré a revisar la zona.
Cuando la patrulla comenzó a llegar al lugar, a lo lejos se pudo divisar a una silueta la cual se movía de un lado a otro como balanceándose, así que las ruedas giraron y giraron hasta acercarse a dicha silueta. Ésta resultó ser un joven de al menos unos veinte años que vestía ropa holgada y de color negro, con un sombrero de igual manera que cubría su cabeza. El chico movía su brazo en dirección a la unidad.
Muchacho: ¡Oficial, por aquí! ¡Venga!
Haruki giró el volante hacia el llamado y frenó a un lado de la pequeña pared, juto en frente del joven, y tocando un botón dentro del vehículo bajó las ventanillas.
Haruki: ¿Qué sucede?
Muchacho: Mire, oficial, hace alrededor de unos... Mmm... Diez minutos más o menos llegó una pareja que no para de discutir y parece que el señor se está volviendo un poco violento.
Haruki: ¿Usted fue el que notificó de disturbios en este lugar?
Muchacho: Sí, lo hice justo cuando vi que el señor agarró del brazo a la señorita.
Haruki: Bien, iré a revisar.
Haruki avanzó y giró para bajar al pequeño estacionamiento que se encontraba justo debajo del estadio de carreras y efectivamente divisó a dos sujetos discutir, por lo que se acercó lo suficiente para ver mejor la situación.
Frente a ella se encontraba una pareja conformada con una chica de cabello castaño y ropa militar, la cual se le veía enfadada y con cierto nerviosismo, puesto que había observado como sus manos temblaban un poco. La chica parecía estar enojada con el sujeto frente suyo que vestía también ropa holgada. Ambos tenían la mirada furiosa y de vez en cuando el muchacho cerraba el puño de manera que sus nudillos se volvían blancos. La chica se cruzó de brazos cuando el joven levantó la voz.
Mujer: ¿Quién te crees tú para venir a decirme lo que tengo que hacer?
Hombre: No vengas a hacerte la víctima cuando te vistes de esa manera.
Mujer: ¿Perdón? Tú no puedes decirme cómo vestirme.
Hombre: Te lo estoy diciendo por que pareces una pu...
El chico no pudo terminar de hablar cuando la palma de la mano de la chica se estampó en su mejilla derecha, haciendo que éste gire la cabeza hacia un lado por la velocidad y la fuerza del golpe. Los ojos de la joven brillaban de furia y un tanto de dolor al mirarlo, pero todo esto se esfumó cuando el joven volteó la cabeza para mirarla. El muchacho la agarró fuertemente del antebrazo, logrando que ella se retorciera y moviera su brazo para poder liberarse el agarre.
Mujer: ¿Qué haces? ¡Suéltame!
Hombre: Ya te dije que no volvieras a hablarme así. Tú te lo buscaste.
Haruki bajó rápidamente de la unidad y se acercó a pasos ligeros a ambas personas, que aún no se percataron de su presencia, siempre con una de sus manos sobre el taser en caso de alguna emergencia.
Haruki: ¿Qué sucede aquí?
Hombre: Nada oficial, solo es una discusión de pareja. No debe preocuparse de nada, puede irse.
Haruki: Aún así usted no tiene derecho alguno a agarrar de esa forma a la señorita, así que suéltela.
Se vieron los dedos del sujeto abrirse y soltar poco a poco el brazo de la chica, la cual una vez que éste la soltó llevó su mano hacia la zona roja producto del apretón.
Haruki: Bien. Ahora les tengo que pedir que por favor me...
Hombre: Apártate o te juro que la mato.
Sus palabras quedaron en el aire cuando el señor, en cuestión de segundos, llevó una mano detrás en su espalda, sacó un revólver y se posicionó detrás de la muchacha mientras levantaba el arma y le apuntaba directo a la cabeza. Inmediatamente la jóven se quedó inmóvil del miedo y cerró los ojos cuando la punta del arma se apoyó en su nuca.
Haruki con agilidad y rapidez sacó su pistola de su cinturón táctico y la elevó, tratando de apuntarle al sujeto, sin embargo este estaba posicionado de manera que si disparaba podía herir a la víctima.
Hombre: No muevas un puto músculo o disparo. Así que si tanto quieres proteger a la gente te conviene quedarte quieta.
Se pudo observar al armado guiar a la victima hacia un automóvil de color celeste, el cual permanecía estacionado justo al lado de donde estaban discutiendo minutos atrás aún con el arma firme en su cabeza. Una vez ambos estuvieron dentro, el vehículo aceleró a toda prisa.
Haruki corrió hacia la patrulla que aún estaba encendida y una vez dentro encendió las sirenas y al pisar el acelerador con fuerza comenzó a perseguir al fugitivo. Luego tomó el radio para informar de la persecución.
Haruki por radio: Estoy detrás de un 10.15 por Blackfield, parece que se dirige a la carretera de Whitewood States.
Dahns por radio: Estoy cerca.
Haruki por radio: ¿Dahns? ¿Cuándo llegaste?
Dahns por radio: Estaba haciendo papeleo hace un rato pero escuché que la central notificaba disturbios por la zona en la que estabas y bueno, decidí investigar y acá estamos. Ahora lo importante es no dejarlo escapar, asi que haz que siga recto, yo lo interceptaré y le cortaré el paso asi podemos encerrarlo. No irá muy lejos.
Haruki por radio: Sí, estoy en ello.
Haruki tomó el volante con su mano izquierda, para luego con su mano derecha tomar el megáfono que yacía sobre el tablero del vehículo y acercarlo a su boca mientras le hablaba al prófugo.
Haruki por megáfono: ¡Detenga el vehículo inmediatamente y nadie saldrá herido!
Haruki, al ver que no obtenía alguna respuesta por parte del fugitivo, depositó nuevamente el megáfono en su lugar y aceleró un poco más, tratando de mantenerle el ritmo.
Pero de repente a la lejanía se pudo divisar cómo el vehículo del código se frenaba en seco, provocando el típico chirrido de las llantas y las mismas siendo marcadas en el pavimento. Unas luces rojas y azules y una sirena alertaron a todos a que otra patrulla estaba en el lugar y así fue; la otra unidad se posicionó de lado, de manera que el otro auto no podía avanzar por más que quisiera.
Haruki avanzó lo más que pudo y también frenó el seco, provocando que el vehículo se doblara un poco, para impedirle el paso.
Dahns: ¡Salga del vehículo con las manos en alto!
La puerta del Admiral celeste se abrió, dejando ver al señor salir mientras levantaba las manos en forma de rendición de manera lenta. Una vez que ya estaba fuera del auto, el oficial se acercó a la parte trasera de éste para ayudar a la señorita que se encontraba muy asustada a salir y colocarse detrás del auto.
Haruki se acercó al sujeto y con ambas manos tomó los brazos de éste y los bajó, luego con su izquierda sostuvo ambas de sus manos juntas para sacar con su mano libre el conjunto de esposas que yacían colgando de su cinturón para rodear sus muñecas con el metal y esposarlo. Segundos después de su mismo cinturón táctico sacó un par de guantes y se los colocó rápidamente para comenzar a revisar al sujeto y requisar el arma.
Hombre: No la tengo encima, está en la guantera del auto.
Dahns: Yo me encargo... De todas maneras iba a confiscar el vehículo.
[...]