El acosador de Ganton | Parte 1Sub-Oficial Wierzbicka24/12/2023
Acciones - Entornos - Narración - Diálogos
Diciembre 24, 2023.
Pershing Square.
22:00 P.M.
En una noche serena en la siempre bulliciosa ciudad de Los Santos, la Central de Policía operaba en un aparente estado de calma. Las luces parpadeaban suavemente, reflejando la rutina de una metrópolis que parecía descansar por un momento. Mientras tanto, nuestro protagonista se sumía en sus tareas cotidianas en el interior de la estación. El suave murmullo de conversaciones y el constante tecleo de teclados se entremezclaban, creando una sinfonía de actividad. Aunque las calles permanecían bajo control, en el aire flotaba una expectativa, como si la noche guardara secretos más allá de su aparente serenidad.
Dentro de la comisaría, el ambiente era agradablemente fresco, las paredes abrazaban un tono mostaza que le confería un toque acogedor. A través de dos ventanas cerradas con seguro, apenas se filtraba la tenue luz de la noche. Unos estantes de madera refinada, en un tono marrón cálido, sostenían una modesta colección de libros, aportando un toque de seriedad y conocimiento al lugar. A simple vista, destacaban computadoras ergonómicas de un blanco impecable, junto a sus periféricos, todos siguiendo una paleta de colores que se fusionaba perfectamente con la estética moderna y funcional de la comisaría.
(Exi dice): Que lindo ha sido estar dentro del departamento, hay compañeros que son muy buena onda, protejo a los ciudadanos de la ciudad y sobre todo soy feliz con lo que hago. Pero me he olvidado de algo importante que siempre solía hacer desde que salí de la universidad, la informática, estar enfrente de un computador y poder amplear más mis conocimientos, sin duda algo que espero retomarlo nuevamente y veo que desde las instalaciones puedo hacerlo para mejorar la cyberseguridad de los documentos del departamento. No pude no encajar de mejor forma acá |-exclamó con un tono de voz emotivo-|
A escasos centímetros de Exi, resonaba un sonido peculiar proveniente de un teléfono empresarial. Era el dispositivo de emergencias del departamento de policía, emitiendo una vibración sutil pero perceptible, acompañada de un distintivo sonido emergente que llenaba la sala y era fácilmente reconocible para cualquier persona presente. El teléfono, de elegante color negro, llevaba orgulloso el distintivo logo de "SAPD" en su parte trasera.
(Exi dice): Una llamada del 911. Veamos qué sucede a estas horas de la noche, un tiroteo, un robo a una tienda, qué esperar de la delincuencia de hoy en día.
Exi dobla ambas piernas, aplicando una leve presión en ellas para generar un punto estratégico de estabilidad. Con una meticulosa inclinación de su cuerpo, combina esta acción para facilitar su levantamiento. Apoya las manos en las piernas, consolidando su posición al inclinarse ligeramente sobre estas, ejecutando cada movimiento con precisión y cuidado.
Al levantarse, un discreto crujido se desprendió de la silla, indicando con mesura la extensa permanencia de estos asientos en la sala. Este sonido, lejos de ser intrascendente, sugería con cierta melancolía los meses de existencia de estas sillas en el recinto. Cada resquebrajar parecía relatar en silencio la vivencia de estos asientos, que han presenciado numerosos momentos en ese espacio. Era como si ese sutil ruido sirviera como un recordatorio de la duradera presencia de estas sillas, destacando su contribución al entorno durante un extenso período.
Con destreza y discreción, Exi desplazó con suavidad su mano derecha hacia la mesa, donde tomó con habilidad el dispositivo móvil. Luego, con un gesto hábil, ejerció una leve presión con su pulgar sobre el botón verde de "contestar". Acto seguido, llevó el teléfono con precisión hacia su oído, preparándose para escuchar atentamente la llamada de manera adecuada. Cada movimiento, ejecutado con cuidado, revelaba la destreza y la atención de Exi.
(Exi dice por móvil): 911, ¿Cuál es su emergencia?
(Pizzero dice por móvil): Hola sí, llamaba porque notamos en las cámaras actitudes raras de un sujeto el cual parecía mirar de forma sospechosa a una clienta, salió mientras que el sujeto la miraba y al salir del local, salió atrás de ella y parece ser que la está siguiendo.
(Exi dice por móvil): Entendido, ¿Dónde está sucediendo el suceso?
(Pizzero dice por móvil): Pizzería de Ganton
(Exi dice por móvil): Perfecto. Mantenga la calma. ¿Puede proporcionarme más detalles sobre la situación? Describa la apariencia de las personas involucradas y cualquier información relevante.
(Pizzero dice por móvil): La mujer parece tener unos 25 años apróximadamente, viste con una camisa de tirantes rojos, un buzo azúl marino y su cabello es sujetado por unos coles, haciendo dos trenzas en su cabeza. El sujeto viste con un smokin, fácil de reconocer acompañado de una corbata roja, piel blanca y cabello corto.
(Exi dice por móvil): Gracias por la información. Iré a inspeccionar la zona en una unidad policial al lugar Por favor, no intervenga directamente en la situación.
(Pizzero dice por móvil): Gracias, por favor dese prisa.
Con agilidad, Exi se apresuró a dirigir el dispositivo móvil hacia su bolsillo, ejecutando el movimiento con una destreza que denotaba su experiencia. Con cuidado y sutileza, deslizó el teléfono en su bolsillo, resguardándolo estratégicamente ante la posibilidad de una emergencia vinculada con la reciente llamada. El dispositivo se acomodó perfectamente en el fondo del bolsillo, sin presentar ningún inconveniente, quedando resguardado de manera eficiente y discreta. Este acto, aparentemente simple, revelaba la meticulosidad de Exi al anticiparse a cualquier eventualidad relacionada con la comunicación telefónica previa.
Exi, con paso decidido, inicia su camino en la dirección de la salida principal de la central. Cada zancada revela una determinación palpable mientras atraviesa los pasillos, con la mirada fija en el objetivo de alcanzar la puerta de salida. Su presencia, marcada por una serena firmeza, se destaca entre el flujo de actividad de la central, con agentes y personal circulando a su alrededor. Con un propósito claro, Exi avanza con una mezcla de autoridad y confianza, demostrando su familiaridad con el entorno y su capacidad para maniobrar con destreza en cualquier situación que pueda surgir en su camino hacia la salida principal de la instalación.
La noche se presentaba fría, envuelta en la luz tenue característica de la zona. Las calles, ligeramente desoladas debido a la avanzada hora, no intimidaban a Exi, quien caminaba con seguridad. La confianza emanaba de la certeza de que la zona estaba resguardada por la seguridad que brindaba la central de policías. Bajo la vigilancia de esta institución, las sombras de la noche no perturbaban la firme determinación de Exi mientras avanzaba con paso decidido. La seguridad imperante en la zona se reflejaba en cada esquina, otorgando a la noche un aura de tranquilidad que solo la presencia de la central de policías podía brindar acompañada de unos árboles que daban ese toque cálido al ambiente junto a sus arbustos verdes.
A la distancia se apreciaría con facilidad una unidad de policías de cuatro puertas, en su techo habrían unas sirenas de color azúl y rojo, mientras que a los laterales estaría una clara y perfecta línea centrada de color blanco en la que se ubicaba el orgulloso y reconocido logo de "LSPD" escrito en negro, la unidad estaría en perfecto estado gracias al mantenimiento que se le dan dentro del departamento.
Con delicadeza, Exi guió su mano derecha hacia la manija de la unidad, asió con suavidad y aplicó una ligera presión con el objetivo de abrir la puerta. Acto seguido, inclinó cuidadosamente su torso para adentrarse en la unidad, permitiendo que sus glúteos descansaran sobre el cómodo asiento. Finalmente, cerró la puerta de la unidad una vez que estuvo completamente en su interior, mientras que llevó su diestra en dirección del interruptor, con una maniobra limpia la movió en dirección opuesta cuyo propósito era encender el vehículo.
Luego, con su dedo índice acciona el botón de las luces delanteras y traseras, acompañadas de las sirenas policiales.
El motor del vehículo vibraba con vitalidad, sus luces destellaban de manera intermitente, arrojando destellos que cortaban la penumbra de la noche. Las sirenas, por su parte, emitían un sonido penetrante y distintivo, alcanzando un volumen lo bastante elevado como para no dejar dudas sobre la naturaleza policial de la unidad. Este conjunto de elementos creaba una sinfonía urbana que marcaba la presencia imponente del vehículo, destacándolo entre el entorno nocturno con su luz intermitente y el característico clamor de sus sirenas.
Con precisión, Exi ejerce presión con su pie derecho sobre el acelerador, mientras sostiene el volante con ambas manos, cada dedo hábilmente posicionado. Dirige la unidad hacia la salida con determinación, apuntando directamente hacia el lugar del llamado de emergencia, buscando llegar lo más rápidamente posible. Cada movimiento del pie y cada suave giro del volante se sincronizan en una coreografía de destreza y atención, evidenciando la habilidad de Exi al poner en marcha la unidad con el objetivo de responder velozmente al llamado urgente.
Luego de un par de minutos, Exi estaría acercándose al lugar y cada vez sería más notoria su aparición, puesto a que ya no faltaría mucho para llegar al lugar respectivo.
Las calles se verían desoladas, sin ningún alma por la zona, sólamente la unidad policial con Exi dentro es lo único que podría apreciarse, sin mencionar la iluminosa calle que habria alrededor de todo el barrio y el humo que salía del tubo de escape que dejaba en rastro la susodicha unidad.
Ganton, Los Santos.
22:10 P.M.
El ambiente del lugar no habría cambiado mucho a lo visto durante el trayecto, las calles seguirían igual de solas, la pizzería estaría a 20 minutos de cerrar mientras que las tiendas de ropa que estaban por la zona ya se encontrarían completamente cerradas y a oscuras, simplemente iluminadas por los postes de luz que daban un ambiente tenso a la zona.
(Exi dice por radio): U-182 al mando del Sub-Oficial Wierzbicka acercándose al lugar del 10.31 de Ganton en búsqueda del 10.07.
(Central dice por radio): 10.04, U-182. Manténgame informado. Y por favor, ¡manténgase seguro!
(Exi dice por radio): 10.04, estaré informando lo más anticipado que pueda en dado caso de requerir 10.01. Cambio y fuera. |-diría mientras con su radio en mano va dejándolo reposar en el soporte de la unidad-|
Exi, una vez llegado a su destino, lleva la unidad a una parada suave. Con destreza, gira la llave en el contacto, silenciando el rugido del motor que había sido constante durante el trayecto. Las luces del vehículo se apagan gradualmente, sumiendo el entorno en una penumbra momentánea.
Con cuidado, Exi libera su pie del pedal del freno, permitiendo que el vehículo se estabilice antes de dar el siguiente paso. A continuación, sujeta la manija de la puerta con firmeza y, con una leve inclinación, la abre. Un susurro metálico acompaña el movimiento, revelando la precisión con la que Exi realiza cada acción.
Se desprende del asiento con gracia, colocando un pie en firme en el suelo y luego el otro. Cierra la puerta con suavidad, asegurándose de que el sonido sea apenas audible en la noche. La luz interior del vehículo se atenúa, dejando solo la iluminación exterior para guiar a Exi en su próximo paso. Con pasos seguros, se aleja del vehículo, dejando que el silencio de la noche recupere su lugar mientras se adentra en la tarea que le aguarda.
Las luces del vehículo se extinguieron por completo, sumiendo la escena en la oscuridad de la noche. Con precisión, Exi apagó el motor de la unidad, llevando a cabo la operación de forma tan precisa que no se emitía ni el más mínimo susurro de ruido. La tranquilidad se apoderó del entorno, dejando que el silencio de la noche recuperara su protagonismo sin ninguna interferencia proveniente de la ahora inactiva unidad.
(Exi dice): Que raro, no veo a nada ni a nadie, esto es muy raro pero juro por mi madre que llegaré al fondo de esto.
¿Habrá sido una llamada falsa? ¿Habrá Exi llegado tarde al sitio? ¿Qué pasa si la mujer fue secuestrada?
Continuará...
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